Tal como se ha indicado anteriormente el control debe ser adaptado a cada empresa en particular en función de las características de la misma y los elementos anteriormente expuestos.
La empresa, a fin de adaptarse al entorno y cumplir mejor sus objetivos de control, puede adoptar diferentes tipos o sistemas de control.
- Control familiar.
Obviamente se suele desarrollar en pequeñas organizaciones en las que el nivel de confianza y de relación entre los empleados y la direcciones alto, derivado de un conocimiento próximo de las personas. El control de la empresa se basa fundamentalmente en el liderazgo del responsable o responsables de la familia, lo que implica una supervisión directa de los procesos. Tiene el riesgo de que puede ser más importante la fidelidad al líder que la profesionalización de los procesos. La cultura corporativa está muy arraigada y marca las pautas de control.
- Control burocrático.
Se suele dar en empresas grandes y con altos niveles de delegación en la toma de decisiones, pero donde la unidad central desea mantener un control estricto de determinadas operaciones. Suele ser válido para tareas de tipo rutinario, especialmente las contenidas en los manuales de procedimiento. Permite la delegación pero no la descentralización de las decisiones. El riesgo de este tipo de control es que puede prevalecer la eficiencia de la tarea en detrimento del resultado obtenido.
- Control por resultados.
Para que este tipo de control se pueda dar es necesario un alto nivel de descentralización en las decisiones y que previamente hayan sido definidos los objetivos con gran claridad y se
defina claramente su medición. El riesgo es que prevalezca el resultado (fundamentalmente económico y financiero) en detrimento de otros aspectos, especialmente de tipo cualitativo.
- Control ad hoc.
Este tipo de control está basado en la supervisión directa de los procesos. En general se utiliza como complemento del resto de los sistemas. Generalmente en las empresas no se da un sistema de control puro coincidente con esta clasificación, sino que predomina uno de los estilos y se dan circunstancias de control de los otros tipos. El control ad hoc es frecuente en las organizaciones como complemento del sistema principal de control. El riesgo de este tipo de control es que puede prevalecer la intuición sobre la estandarización de los procesos.





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